Publicada el 05.10.2017
En León, al igual que en cualquier otro rincón de España, identificamos algunas de las fechas principales con algún manjar.
La gastronomía, los alimentos forman parte de lo que somos. Lo llaman cultura. Desde tiempos inmemoriales, celebramos los hitos culturales con buenos ágapes.
No por el hecho de que sea un acto cultural, sino por la oportunidad que nos ofrece de compartir mesa y mantel con buena gente.
Aquí reside el auténtico poder del alimento. Unión. Conversación. Brindis. Reencuentros.
Aquí, en nuestra tierra, celebramos el 5 de octubre el día de San Froilán, fiesta grande de la ciudad leonina con dos manjares: la morcilla y el chorizo, de León, que nos unen durante todas estas jornadas.
La morcilla protagonista en León
La materialización adquiere forma de Feria de la Morcilla. Durante toda la semana estamos disfrutando de la exaltación (y degustación) de todas las formas y presentaciones que admite la morcilla de León.
¿Tienes un recuerdo especial asociado a esta delicia de ingredientes naturales? Somos todo letras para conocer lo que os hace sentir la gastronomía. Porque ésta, aunque no seamos conscientes de ello, tiene tanto de emotivo como de sensorial.
El chorizo, de León.
La Feria de la Morcilla tapa un poco a otro de nuestros 16 iconos gastronómicos: el chorizo de León. Amasado con las manos expertas de las chacineras de siempre, con el pimentón tradicional artesanal, ese toque de ahumado que lo hace tan característico y diferencia de otras regiones próximas, y el curado que las condiciones únicas del frío de León.
La corra, embutida y curada por la acción del tiempo, la conservación del frío y sus elementos, debe permanecer en varal al menos 30 días para que podamos decir que se trata de auténtico chorizo artesano de León.
Nuestro chorizo ha trascendido fronteras, incluso las terrestres. De hecho, podemos decir que estamos ante un chorizo universal.
Ambos embutidos comparten ser parte de una larga tradición en nuestra tierra. Cada una con sus matices y su textura.
Aunque hay mentes brillantes que encuentran soluciones intermedias que nos permiten no tener que elegir. Sí, me refiero al chorimorci. El año pasado fue todo un éxito, un hallazgo, que, por supuesto, se ha quedado en Artesa Gourmet.
Si os apetece probar o repetir el chorimorci, os aguarda en la tienda en Calle Ordoño II, número 27 para sorprenderos con su suavidad.
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